lunes, 3 de septiembre de 2007

Internet es el reflejo de un ayer actualizado

Solo basta revisar el ayer de la web para comprender el hoy y presagiar el mañana cibernético.


Aunque el periodismo digital parece ser pionero en su conceptualización, la historia de Internet nos demuestra que el presente es una adaptación del pasado.

Desde su gestación, la red de redes compartió recursos, utilizó un lenguaje común, eliminó cualquier autoridad central y atomizó los mensajes… no porque surgiera como un proyecto en caso de una Guerra Nuclear, sino porque la información se dividía en pequeñas porciones.

También desde un principio, la web nació como medio de comunicación y constructor de redes sociales, pues las noticias y mensajes personales constituían la mayor parte del tráfico.

Pero aún hay más similitudes entre los tiempos. Ya en 1614, la literatura picaresca se rendía ante El diablo cojuelo que espiaba los vecindarios, como antesala del big brother… ese ojo vigilante que más que una amenaza es un deleite para muchos.

Tal es la influencia de los cambios tecnológicos en la vida del ser humano, que hasta el lenguaje se modificará. El periódico ya no se cerrará, se apagará; ni envejecerá, se rejuvenecerá a cada instante.

Entre tanta invención, algunos piensan en El futuro que nos acosa. Yo prefiero reflexionar sobre el presente que nos reta. Nos reta a contar historias cercanas y personalizadas a cientos de usuarios, nos reta a despertar los cinco sentidos a través de un frío monitor, nos reta a impulsar el periodismo analítico en un medio inmediato.

No todo está en el mañana, el sólo reflejará las acciones del hoy…actualizado a través de los acontecimientos del ayer.

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