Así como varía la oferta mediática, cambia el perfil del internauta. Él exige ser parte del proceso como actor activo.
Harto de recibir información unidimensional y distante de los medios tradicionales, el usuario de la web reclama protagonismo y personalización.
Además de que está casando de ser un actor pasivo, el lector que consume periodismo online está más y mejor informado, por eso quiere que su voz se escuche. El ciberespacio es ideal para preponderar nuevas figuras, eliminar jerarquías y recuperar la tradición oral.
Encima, el internauta de ahora sabe que tiene el poder y lee solo la información que desea. Él cuenta con poco tiempo y si no encuentran lo que requiere abandona la página, de ahí que pida productos precisos y fáciles de digerir.
Ese asimilamiento se logra con publicaciones que respondan a sus intereses y necesidades. Como cada usuario busca algo tipificado, en la participación multimediática se debe fortalecer la personalización.
Y es que ahora el lector no sólo condiciona, sino que 'dirige' y orienta la especialización y la tematización informativa. Descubrir esas nacientes realidades es tarea de los comunicadores, deudores de procedimientos eficientes para darle justo cumplimiento.
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