Mientras las comunicaciones entre ciudadanos de diversos referentes se intensifican, la ética periodística se plantea nuevos retos.
Con el surgimiento de la Sociedad de la Información, los periodistas dejan de ser los únicos individuos con posibilidad de informar y se reformula la aplicación real de autorregulaciones profesionales.
Dado que una Ética y deontología periodística en la Sociedad de la Información es vital para el futuro del oficio es necesario repasar los actuales códigos, basados en ciertos principios:
1. Explicar la verdad.
2. Respetar a las fuentes y a los sujetos de la información.
3. No mezclar información y opinión.
4. No mezclar información y publicidad.
5. Respetar los derechos de autor.
6. No obtener provecho económico de sus informaciones.
7. Combatir los monopolios informativos y las concentraciones.
Cumplir a rajatabla estos preceptos tiene costes morales y económicos. Crear contenidos bajo estos parámetros implica una mayor dedicación de tiempo y de dinero.
Su implementación dependerá de la demanda de los no-periodistas (usuarios, fuentes, interactores, etc). Sin esta necesidad, el periodismo puede llegar a formas de comunicación que hoy no admitiríamos como profesionales.
Una perspectiva ética del periodismo electrónico es lo que distingue a los comunicadores digitales del resto de los ciberinformantes. Alejarse de esta posición implica retroceder a los tiempos de la preimprenta, cuando la tradición oral se prestaba para inexactitudes y fabulaciones.
La falta de firmas, la ausencia de contraste, la omisión de las minorías y/o la publicación de rumores es inmoral en cualquier época y soporte.
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1 comentario:
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Qassim & QU
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